SI ME PONGO TUS ZAPATOS...

 


Mi nombre es Lidia María Palomino Aranda y soy tutora de un grupo de 2º de primaria. Esta experiencia resume el trabajo y vivencias llevadas a cabo en mi aula ordinaria de 2º de educación primaria, del C.E.PR. Almadén de Jaén, a la que se incorpora un nuevo compañero con TEA. Su incorporación nos ha enriquecido como grupo e individualmente; por supuesto, también a mí como maestra, ya que hemos tomado conciencia de que, como dice el título de esta experiencia, sacado de una bonita canción: ♪ “Si me pongo en tus zapatos me doy cuenta, que todos dejamos huellas diferentes” ♫.

La incorporación de este alumno a nuestro grupo nos creó una serie de necesidades a las que debíamos dar respuesta: buscar la forma de comunicarnos con él, hacer que se sintiera un miembro más del grupo, querido y apreciado por todas y todos, además de nuevas estrategias de enseñanza para conseguir conectar con él y con su forma de percibir y entender el mundo.

Para conseguirlo, me planteé los siguientes objetivos:

  •   Contribuir al desarrollo integral del alumnado, utilizando estrategias efectivas que nos conecten con él y su forma de percibir y entender el mundo que nos rodea.
  •   Facilitar y contribuir a la adquisición de nuevos aprendizajes, utilizando estrategias manipulativas y estructuradoras de la realidad.
  • Utilizar recursos que permitan a todo el alumnado participar y seguir la clase, respetando los diferentes ritmos de aprendizaje y necesidades.
  • Enriquecer la convivencia del grupo, respetando y valorando las diferencias individuales, tomando conciencia de que, pesar de las diferencias, tenemos algo en común: somos iguales, somos personas.

Esta experiencia ha resultado ser tan inclusiva, que, todos/as las personas que hemos intervenido, hemos vivenciado ambos roles: destinatarios/as y responsables.

Por un lado, la experiencia ha estado destinada a los niños y niñas de mi clase, tanto a este alumno con TEA como al resto de compañeros y compañeras. Las personas responsables de su desarrollo hemos sido la monitora de educación especial,  Laura Martos Domingo, y yo como maestra, pero, a la vez, necesitábamos de alguien que nos orientara y guiara en el día a día con esta tarea. Para ello, hemos trabajado en colaboración con la Asociación Asperger – TEA Jaén, de manera que, cada jueves, contábamos con la compañía en el aula de la terapeuta Gloria Montes Martos. Teniendo esto en cuenta, tanto la profesora Laura como yo, también hemos sido destinatarias de esta experiencia. Pero aún hay más, los niños/as del aula también han tenido su parte de responsabilidad, ya que con los valores del respeto y la inclusión reflejados en su comportamiento, son los verdaderos responsables de la buena convivencia desarrollada en el aula.

A continuación, paso a desarrollar las actuaciones y medidas que hemos puesto práctica en nuestra aula para favorecer el entendimiento y la inclusión de todos y cada uno de los miembros del grupo.

 

RUTINAS DE CLASE

Todas las personas necesitamos las rutinas para organizar nuestra vida, ya que nos aportan seguridad y evitan la ansiedad ante lo que podrá venir después. Por este motivo, empezamos cada día con una serie de rutinas en nuestra aula:

Cuando Pablo llega a clase, lo primero que hacemos es saludarnos “¡Buenos días Pablo!”. Después se dirige a su sitio, en el que encuentra su horario del día, con las personas, actividades y secuencias, que le permiten anticipar lo que va a suceder y el pictograma “Me quedo sentado”.

 




Cuando han llegado todos/as los niños/as al aula, comienza nuestra pequeña asamblea. Cada día tenemos un encargado/a y su ayudante, que es Pablo. De esta manera le damos protagonismo en el aula y hemos podido conocerlo un poco mejor. A su vez, esto nos ha servido para que Pablo se sienta uno más del grupo.

Aprovechando este momento de nuestra rutina, en el que ponemos el calendario, vemos el tiempo atmosférico y escribimos la fecha, trabajamos con él la intencionalidad comunicativa, ¿cómo?, con una serie de preguntas que debe hacerle al encargado o encargada. Las tenemos escritas y numeradas. Se las colocamos delante del encargado/a, para que dirija su cuerpo hacia la persona con la que está hablando y lo vamos guiando con un puntero si en algún momento se dispersa.

 

Cuando terminamos de hacer esto, vuelve a su sitio y encuentra una serie apoyos:

-          Pictograma que le indica que a partir de ese momento debe permanecer sentado.

-          Su calendario, para tachar el día y anotar actividades o eventos especiales, anticipándole de esta manera este tipo de actividades que se salen de la rutina diaria.

-           Un semáforo para regular su conducta: en rojo “Es la hora de trabajar, está prohibido mover las manos, levantarse…” En verde: “He terminado de trabajar y puedo descansar con la actividad relajante que elija”

 

 

Por último, para terminar con nuestra pequeña asamblea, el encargado elige un saludo de nuestra ruleta de saludos, o se lo inventa, y todos/as nos saludamos así. Esto propicia la imitación de Pablo y aprovechando un gesto, incluimos un saludo verbal: ¡Buenos días!.

 

 

LA CLASE DE LENGUA

Una de nuestras necesidades era buscar la forma de comunicarnos con Pablo y que él se comunicase con nosotros/as de manera intencional, es decir, no limitando las conversaciones a que nos respondiera preguntas, sino que él las hiciese o bien iniciase una conversación, partiendo de una necesidad real o creada por mí.

Para ello, hemos utilizado las preguntas mencionadas en la asamblea, sobre el calendario y tiempo meteorológico. También hemos aprovechado las situaciones reales del aula, como, por ejemplo, al terminar una tarea, tenía que venir a mi mesa, esperar en fila su turno y decirme: “He terminado, quiero mi plasti”.

Cuando eran los niños/as los que se dirigían a él, imitaban mi forma de hacerlo: colocándonos frente a frente, cogiéndole las manos si las estaba moviendo, mirándole a los ojos, dándole tiempo para contestar… Algo tan sencillo como la imitación, empezó a conectarnos unos/as con otros/as.

También hemos utilizado el lápiz y papel, para cuando no entendíamos lo que nos quería decir, nos lo escribía, y conseguíamos comunicarnos.

En otras ocasiones, cuando el trabajo a realizar precisaba de varias instrucciones, utilizábamos el apoyo visual consistente en escribirle en un folio los pasos numerados que tenía que ir realizando para avanzar en la tarea, a modo de autoinstrucciones. La numeración de cada paso nos servía para reconducirlo si se dispersaba, indicándole el número en el que nos encontrábamos.

Esta estrategia también la he generalizado para todo el alumnado: escribo los pasos a realizar numerados y los repetimos oralmente varias veces. De esta manera, he conseguido mejorar su atención y evitar las innumerables preguntas:     “ Seño, ¿ahora qué había que hacer?” 😁

 

 

En el área de lengua, además de la expresión oral, hemos trabajado la comprensión y expresión escrita.

Respecto a la comprensión escrita, para facilitar su práctica y aprendizaje, hemos trabajado lecturas comprensivas donde la tarea principal era la búsqueda de información y colocarla en el sitio adecuado, guiándolo con apoyos visuales mediante colores marcados en el texto y en las preguntas a contestar.


 

Para el trabajo en la expresión escrita he buscado la colaboración con la familia y he llevado al aula el sistema que utilizaban en casa con su libro de comunicación: A cada categoría gramatical le corresponde un color.

 

             




Para construir frases, partimos de una imagen, le indicamos la estructura que queremos que tenga la frase y él rellena los huecos de colores. De este modo, hemos conseguido escribir historias breves a partir de imágenes.

 

LA CLASE DE MATEMÁTICAS

Las matemáticas se han trabajado de forma manipulativa y muy estructurada.

Para el cálculo mental y realización de series numéricas hemos utilizando la casita del 100 y la ventanita, con la que Pablo ha aprendido a sumar de 10 en 10. Este material ya lo había utilizado con el resto del alumnado durante el primer curso y al inicio del presente, por lo que aprovechábamos para recordarlo y repasar.



Otro de los contenidos nuevos de este curso han sido las multiplicaciones. Todo aprendizaje debe ser significativo, y qué mejor manera de entender la necesidad de la multiplicación que planteando problemas y construyendo las tablas de multiplicar de manera manipulativa, como una suma de sumandos iguales.

Para el trabajo en gran grupo, he utilizado este panel con el que hemos construido las tablas de multiplicar de manera manipulativa.

 

 

Para el trabajo individual, Pablo disponía en su mesa de este material, con el que manipulaba, experimentaba y construía las tablas.

 

 

Otro de los aspectos trabajados en matemáticas ha sido la resolución de problemas. Lo hemos hecho con una ficha muy estructurada que ha facilitado a todo el alumnado la comprensión y adecuada resolución de problemas matemáticos, siguiendo una serie de pasos marcados. Para Pablo, simplemente acompañábamos esta misma ficha con las instrucciones escritas de la manera explicada anteriormente.

 

 

RESTO DE CLASES

Estas estrategias son tan flexibles y adaptables a cualquier contexto que las hemos generalizado y aplicado en el resto de asignaturas, por ejemplo, en Valores hemos utilizado las instrucciones breves por escrito y los códigos de color para contestar preguntas.





ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS

Este tipo de actividades enriquecen los contenidos del currículum, lo que nos ha permitido trabajar temas transversales y educar en valores como el respeto a la tradición cultural andaluza, el cuidado del medio ambiente, el gusto por el arte, la música…

Este curso hemos realizado tres actividades de este tipo:

-          Un cuentacuentos llevado a cabo por el abuelo de un niño de la clase, que se ha dedicado a de recopilar cuentos de tradición oral de su pueblo.

-          Un taller ambiental, desarrollado por el Aula de Naturaleza del Ayuntamiento de Jaén. Elaboraron su propio macetero con material de desecho, plantaron una flor y aprendieron los cuidados de una planta.

-          Un taller de música. Contemplaron y escucharon instrumentos musicales elaborados con latas de aceite y otros materiales naturales y de desecho. También practicaron ritmos, percusión corporal y diversas canciones.

En todas estas actividades, fuera del “contexto físico” del aula y en un ambiente más distendido, los niños y niñas demostraron cómo cuidan de Pablo cuando necesita ayuda, cómo lo reconducen cuando sale corriendo, cómo lo calman cuando se pone nervioso, cómo lo quieren cuando lo cogen de la mano para que baile con ellos/as… En, definitiva cómo hemos conseguido un sentimiento de pertenencia al grupo, donde nos queremos, nos valoramos y cuidamos unos/as de otros/as.

 

Por último, quiero agradecer a Laura Martos Domingo (el ángel de la guarda de Pablo, como se refiere a ella la mamá de este niño) su dedicación, colaboración y compañía en este camino recorrido, en el que las dos hemos aprendido tanto… También agradecerle a Gloria Montes Martos, terapeuta de la Asociación Asperger -TEA Jaén, todo lo que me ha enseñado en tan poco tiempo y a mis niños y niñas, de los que estoy muy orgullosa, porque a pesar de esos cuerpos tan pequeñitos, han demostrado ser GRANDES PERSONAS.

Comentarios

  1. Gracias Lidia por este curso tan bonito, por hacer realidad la inclusión, por concienciar, por creer en Pablo, por confiar en nosotros. Has sido una seño magistral, hemos tenido mucha suerte de encontrarte en el camino. Te recordaremos siempre!!!

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  2. Gracias por tanto, seño Lidia. Feliz verano!

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